¿Y él? Él va de guay, de chulo, de 'yo tengo a todas' y a la hora de la verdad se encuentra solo. Él se cree superior a los demás, y esquiva los problemas que le aparecen en su vida, él es feliz, pase lo que pase. Sus luegos son tan nuncas que yo soy gilipollas por creer que hablamos el mismo idioma. Resultará cierto lo de la balanza, unos bien y otros mal, pero nunca a la par. Y a la hora de hablar de futuro, nos equivocamos, planeamos el futuro juntos, y no llegamos ni a crear el pasado. Sus defectos le hacían perfecto, y buscábamos imperfecciones propias, su cicatriz de la frente le caracterizaba, y la arruga de su boca era una buena señal, las gotas de lluvia caían sobre la única peca de su cuerpo, y reíamos, porque juntos éramos uno. Pero cómo siempre, las lluvias se asemejan a las lágrimas. Y cómo siempre, las cosas acaban igual, te quedas aquí, porque nunca te has ido, y sólo debo decir que pensamos demasiado y sentimos muy poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario